¡Bienvenido, «mariscófilo»! En esta sección tienes un tesoro en forma de colección de recetas de tartar de marisco donde los protagonistas absolutos son estos exquisitos productos del mar.

Tartar de gamba blanca

Tartar de langosta de Henar (MasterChef Junior 8)

Tartar de cangrejo y aguacate con mayonesa de wasabi

Tartar de carabineros de Pepe Rodríguez (MasterChef)

Tartar de berberechos con espuma de trufa


Tartar de carabineros

Tartar de buey de mar

Tartar de pulpo con alioli de miel

Tartar de gamba roja
Preparaciones fáciles y rápidas, para las que no hace falta ser un virtuoso de la cocina en la inmensa mayoría de los casos, y que te harán quedar fenomenal ante tus comensales.
Índice de contenidos
- Tartar de gamba blanca
- Tartar de langosta de Henar (MasterChef Junior 8)
- Tartar de cangrejo y aguacate con mayonesa de wasabi
- Tartar de carabineros de Pepe Rodríguez (MasterChef)
- Tartar de berberechos con espuma de trufa
- Tartar de navajas
- Tartar de carabineros
- Tartar de buey de mar
- Tartar de pulpo con alioli de miel
- Tartar de gamba roja
- Recetas de tartar de marisco
- Precauciones para comer marisco crudo sin riesgos
- La temporada del marisco, por especies
- Además de tartar con marisco también puedes cocinar…
Recetas de tartar de marisco
Gambas, langostinos, cigalas, ostras, almejas, bogavante, mejillones, langosta, pulpo, sepia, cangrejo… Comer marisco siempre es un placer (salvo para los alérgicos, claro está). Y si encima podemos comerlo crudo, la experiencia es todavía más intensa y saludable (al freírlos o cocerlos pierden nutrientes).
Por esta razón, al calor del influjo de la gastronomía oriental, es imparable el auge de preparar marisco en forma de tartar. Esta manera de cocinarlo nos permite disfrutar de su sabor, textura y propiedades al 100%.
Obviamente, hay veces en las que por las características del crustáceo o del molusco resulta imposible o muy desagradable ingerirlo sin cocción alguna.
La solución en tales casos pasa por darles el mínimo cocinado posible, de forma que conserve al máximo su aspecto de crudo, y acompañarlo de un buen aderezo.
Precauciones para comer marisco crudo sin riesgos
En algunos casos conviene, como ocurre siempre con los tartares de carne o pescado, congelar el marisco previamente para evitar algunas posibles intoxicaciones alimentarias.
Hay que tener cuenta que el marisco, al ser fresco, es un alimento muy delicado y especialmente perecedero. Es necesario, por lo tanto, comerlo cuanto antes tras su captura, ya que se descompone y hace malo muy rápido.
Desde su adquisición hasta el momento de consumirlo, hemos de mantenerlo en el frigorífico para mantener la cadena de frío.

No debemos preparar un tartar de marisco con demasiada antelación a la comida o cena en que vaya a ser ofrecido, ni tampoco guardarlo si nos sobra.
Del mismo modo, hay que extremar la higiene a la hora de manipular cualquier tipo de marisco.
Cuando vayamos a comprarlo, debemos comprobar que tiene buen olor y brillo.
En el caso de animales con concha, han de vendérnoslos vivos. Sabremos si lo están si las conchas están cerradas.
Si están entreabiertas y al tocarlas se cierran, aún están aptos para consumir. Pero si están abiertas del todo, mala señal, no los compres. Tampoco si el líquido que contienen no es abundante, de color claro y con olor a mar.
La temporada del marisco, por especies
Para garantizar que el tartar de marisco que vas a preparar cuenta con un género fresco, debes conocer la temporada de cada especie, más allá del mito popular que dice que no debes consumir este tipo de alimentos en los meses que no llevan la letra R.
- En primavera es temporada de cigalas, almejas y otras.
- En verano, de langosta, mejillones, bogavante, percebes, cangrejo, almejas y ostras.
- En otoño, de berberechos, vieiras, zamburiñas, gambas, bogavante y langosta.
- En invierno, de centollo, nécoras, camarones, buey de mar, vieiras y almejas.